La relación con nuestras figuras de apego puede cambiar con el tiempo y puede haber situaciones en las que deseamos distanciarnos o huir de ellas. Es importante recordar que las relaciones humanas son complejas y en las primeras etapas de nuestra vida nos mostramos muy vulnerables e inseguros, necesitando esa seguridad imperiosa de nuestras figuras de apego para poder desarrollar un “yo adulto y seguro” y el establecimiento de unas actitudes relaciones estables y emocionalmente funcionales.
Existen diferentes razones por las cuales alguien puede sentir el deseo de huir de sus figuras de apego, algunas posibles causas incluyen.
Conflictos o problemas no resueltos: Si hay problemas sin resolver o conflictos constantes con las figuras de apego, es posible que se desarrolle una sensación de frustración o malestar, estos problemas pueden dificultar la conexión emocional y generar un deseo de escapar de la situación.
Falta de apoyo emocional: Si las figuras de apego no brindan el apoyo emocional necesario o no están presentes cuándo se necesitan, puede surgir una sensación de soledad o abandono. Esto nos puede llevar a querer distanciarse de ellos en busca de apoyo en otros lugares.
Relaciones tóxicas o abusivas: En algunos casos, las figuras de apego pueden ser abusivas o tener comportamientos tóxicos. (abusos sexuales, negligencias, maltratos…) Esto puede generar un deseo intenso de huir para protegerse y buscar entornos más seguros y saludables.
En ocasiones las relaciones con nuestras figuras de apego pueden generar reacciones ambivalentes: Por un lado, necesitamos su protección, su cariño, su amor, su seguridad; pero que, si no son satisfechas, si no nos proporcionan la atención requerida, necesitamos tomar medidas.
Es importante tener en cuenta que estos sentimientos de querer huir de las figuras de apego pueden ser temporales y pueden estar relacionados con situaciones específicas; a veces, una comunicación abierta y la terapia pueden ayudar a abordar los problemas subyacentes y mejorar la relación. Sin embargo, en casos extremos de abuso o toxicidad, puede ser necesario tomar medidas más drásticas para proteger el bienestar personal.
Si te encuentras en una situación difícil, recuerda buscar apoyo en tu red social, pedir ayuda… No seguir silenciando tú dolor y poder ser escuchado por profesionales de la salud mental.
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