Azúcar y Depresión  

La depresión es un trastorno mental que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por una sensación persistente de tristeza, falta de interés en actividades, cambios en el apetito y dificultades para dormir, entre otros síntomas; si bien la depresión puede ser causada por una combinación de factores, incluyendo la genética, el entorno y los desequilibrios químicos en el cerebro, algunos estudios sugieren que la dieta también puede desempeñar un papel importante en su desarrollo y mantenimiento.

El consumo excesivo de azúcar ha sido objeto de debate en relación con varios problemas de salud, como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiacas; en los últimos años, también se ha explorado la posible conexión entre el azúcar y la salud mental, particularmente en lo que respeta a la depresión.

Cuando consumimos azúcar, nuestro cuerpo libera serotonina, un neurotransmisor que regula el estado de ánimo y dopamina; la serotonina es conocida como la “hormona de la felicidad” debido a su capacidad para hacernos sentir bien y mejorar nuestro estado de ánimo. Al poco de consumir azúcar se comienza a liberar dopamina a grandes dosis; neurotransmisor que participa en la regulación de la emotividad y afectividad (recompensa, satisfacción, placer), entre otros…, activado por núcleos cerebrales subcorticales (Núcleo accumbens: Mediador en los procesos de recompensa, también llamado núcleo del placer). Por lo tanto, es comprensible que muchas personas recurran a alimentos reicos en azúcar cuando se sienten tristes o deprimidas en un intento de elevar su estado de ánimo.

Sin embargo, si bien el azúcar puede proporcionar un impulso momentáneo en el estado de ánimo, también puede tener efectos negativos a largo plazo. Los estudios han demostrado que las dietas altas en azúcar y los alimentos refinados pueden alterar los niveles de azúcar en la sangre y desencadenar fluctuaciones bruscas en el estado de ánimo. Esto se debe a que los alimentos azucarados pueden elevar rápidamente los niveles de glucosa en sangre, lo que lleva a un aumento de la energía seguido de una caída brusca, por efecto de la secreción por parte del páncreas de insulina, lo que puede contribuir a sentirse cansado, irritable y deprimido.

Además, una dieta alta en azúcar puede tener un impacto negativo en la salud del cerebro. Se ha descubierto que el consumo excesivo de azúcar puede causar inflamación en el cuerpo, incluido el cerebro, lo que puede afectar la función cognitiva y al estado de ánimo. De la misma forma el azúcar puede alterar el microbiota intestinal, que desempeña un papel crucial en la salud mental; los desequilibrios en el microbiota intestinal se han relacionado con trastornos del estado de ánimo, incluida la depresión.

 

Por otro lado, algunos estudios han encontrado una asociación entre el consumo de azúcar y un mayor riesgo de desarrollar depresión; una investigación publicada en el British Journal of Psychiatry encontró que las personas que consumían bebidas azucaradas periódicamente tenían un mayor riesgo de sufrir depresión; es importante destacar que estos estudios solo han identificado una conexión, es decir no han establecido una relación causal definitiva: Causa-Efecto.

 

Si bien la evidencia actual sugiere una posible conexión entre un mayor consumo de alimentos azucarados y  depresión.

En cualquier caso, es importante tener en cuenta que una dieta equilibrada y saludable es importante para mantener una buena salud mental, así como física. Si tienes dudas acerca de tu consumo de azúcar o tu salud mental, es recomendable que consultes con un profesional de la salud.

*Al igual que debemos alimentar nuestra Alma, nuestra Autoestima y nuestra Mente, Nuestra Alimentación influye Enormemente en la Salud y Salud Mental, es mucho Más que un Estilo de Vida es Nuestro Mejor Tratamiento. ;))


«Qué tu medicina sea tu alimento y el alimento tú medicina.» Hipocrates s.IV a.C 

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