¿Nos encontramos teledirigidos?

En el año 80 d.C tuvo lugar en Roma Los juegos inaugurales del Coliseo  bajo el mandato del emperador romano Tito, Tito aceleró  las obras de finalización del Coliseo, después de que en su reinado sucedieran  varios  desastres ( La erupción de monte Vesubio, que destruyó Pompeya y Herculano en el 79 dc.; un trágico incendio que devasto un tercio de Roma y por último, un brote de peste, que diezmó la población).

El mismo emperador inauguró el edificio con unos juegos pródigos que duraron más de cien días, fueron gratuitos para todo el pueblo de Roma, todos los días en los sótanos del Coliseo se horneaban más de mil hogazas de pan qué se repartían en los descansos a todo el público. 

¿Quizás el Emperador Tito intentaba apaciguar al pueblo romano impidiendo así, que su reinado cesara?  La verdad es que, cuando finalizaron los juegos el Emperador Tito era aclamado por los romanos como un héroe y salvador; se había ganado a su pueblo con dos cosas muy sencillas: Pan y Circo.

Dos mil años después las cosas no han cambiado demasiado, en pleno siglo XXI el pensamiento crítico ha quedado reducido y en ocasiones hasta anulado, gracias a ese control a distancia que se ejercen a través de la TV y RRSS, control que permanece en una constante dinámica de entretenimiento, que hace que no estemos atentos a lo que realmente importa…

¿Nos encontramos teledirigidos?

La manipulación de los medios de comunicación, surge en la forma, en que dichos medios tratan la información, dicho de una manera simplista los medios nos controlan emocionalmente, este control emocional que realizan sobre los contenidos que lanzan, es tan potente emocionalmente que anula nuestra capacidad primaria de razonamiento, cuando escuchamos un titular sensacionalista, lo primero que se activa en nuestro cerebro, es nuestro hemisferio derecho (principalmente emocional) anulándose o mermando nuestro lado izquierdo o racional.

Debemos educar y entrenar a través de la capacidad de análisis, por medio de una perspectiva abierta, a través de un foco basado principalmente en la ética, valores y respeto por uno mismo y por supuesto, consciencia del otro; potenciando el pensamiento crítico y la duda, creciendo y transformándonos a través del conocimiento, sin olvidar el contexto en el que recibimos toda esa cantidad de información, porque al final, cuando descontextualizamos olvidamos la verdad y la realidad.

Si no somos conscientes y no empezamos a utilizar esa capacidad de análisis que nos impone la realidad,  al igual que en la Roma de Tito… “ Al final se impone EL CIRCO”.

Al final se impone el CIRCO

PENSAMIENTO CRITICO- EDUCACIÓN- CIRCO ROMANO

 

 

 

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